Un rap para vivir
Leucemia, otro nombre para un profundo sentimiento llamado tristeza. El diagnóstico se confirmó, irónicamente, aquella mañana del naciente octubre. En el hospital de La Misericordia, la jovencita tarareaba su nuevo rap: -ahora entiendo que estoy viva, llegó el momento de actuar, que me detengan si es que pueden, las estrellas voy a alcanzar. No importa si tengo un día o cincuenta años más, la vida es a cada momento una gran oportunidad-. Su madre la miró y ambas sonrieron; tenían a Dios de su lado.
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